22/10/09

Qué triste...

... ya nadie muere por amor.

Ahora la gente se muere de hambre, de asco, de calor o atropellada por un coche cuyo conductor iba al volante demasiado alegremente. Y ya queda poca gente lo suficientemenet ingenua o cabezota como para morir de (o por) amor; sentimiento que no tiene por qué ir dirigido a alguien, sinó que también puede ir dirigido a algo. Pero parece que hay cosas para las que ya no se tiene lugar aquí... qué triste. Después dirán de la mujer de azul.

(Otra vez, la pareja de sin-nombres... no, si al final acabarán por aparecer hasta en la cabecera del blog... cabecera que debería renovar, ahora que lo pienso...)